Por: Prof. Dr. Carlos Eduardo Daly Gimón
Puede afirmarse, sin lugar a dudas, que la economía mundial avanza en medio de un proceso de transición lleno de especificidades y conjeturas.
Tomando como base los datos del FMI, el crecimiento global será el 2012 de 3,3%, y las proyecciones para el 2013 sólo permiten presagiar un 3,6%; todo lo cual si bien se inscribe en medio de parámetros promedio que caracterizan el comportamiento de la economía del mundo, también refleja dificultades notorias en cuanto a alcanzar mayor dinamismo en la producción de bienes y servicios a nivel mundial.
Más aún, la distribución de ese crecimiento difiere sustancialmente según se observa su distribución por regiones.
Es el caso, antes que todo, que las economías de mayor crecimiento tradicionalmente ya no lo son, lo cual implica que quién lleva sobre sus hombros la creación de riqueza en el mundo contemporáneo son los países emergentes. Ello significa que los países más desarrollados aportan una porción menor al crecimiento internacional.
Si revisamos las cifras de 2012, los Estados Unidos alcanzaron una tasa de crecimiento de un 2,2%, anual, acompañado de un nivel de desempleo que medido hasta septiembre permitía redondear un 7,8% anual. Tasa muy alta con respecto a resultados anteriores, y si bien por debajo de los elevadísimos niveles europeos, sigue siendo preocupante de acuerdo a los resultados perseguidos por las políticas públicas.
El próximo gobierno de Obama tendrá que demostrar mejores resultados si los demócratas aspiran continuar ejerciendo la dirección política de la economía más poderosa del planeta.
Aún cuando con tendencias que parecieran estar compartidas entre Estados Unidos y Europa, la Zona Euro sigue inmersa en claros indicios recesivos, lo que se ve reflejado en un 0,4% en 2012, aún cuando es muy evidente que el decrecimiento es mayor en Grecia(-6%), España (-1.5%), Italia (-2.3%) y Portugal (-3,0%).
En varias de esas economías, ya se vaticina un 2013 también problemático en términos de comportamiento del aparato productivo, por lo que estaríamos pensando en una recuperación de la senda del crecimiento económico en 2014, perspectiva sin duda preocupante en el plano social.
Pudiera considerarse una excepción el caso Alemán, quién podría mostrar un crecimiento económico en 2012 cercano al 1,2%, pues otras grandes economías europeas, Francia por ejemplo, presenta como resultado de acuerdo al FMI sólo un 0,1%, y Gran Bretaña un 0,4%, a pesar de que se encuentra fuera de la Zona Euro.
Curiosamente, la expansión mundial está presente en las economías en desarrollo, como señalamos más arriba. aún cuando con menor intensidad que en años recientes. Es decir, los países emergentes crecerán en un 6,1% aproximadamente en 2012 mientras que en 2011 el producto se colocó en un 7,2%.
Visto en perspectiva, las naciones emergentes más destacadas son China e India.
China lideriza el crecimiento de los países emergentes con un 7,7% en 2012, el cual si bien supera a la gran mayoría de las regiones del mundo, viene descendiendo año tras año. Conviene anotar que la base del crecimiento chino está en una estimulación de la inversión y del consumo interno.
En cuanto a la India, la tasa de crecimiento es elevada pues se ubica en 5,6% en 2012, aunque se observan marcados rasgos de inestabilidad en materia inflacionaria, así como una relativa lentitud en la contribución de las inversiones extranjeras al proceso económico hindú.
Las economías latinoamericanas siguen creciendo a niveles elevados, pues la región presenta de acuerdo a la CEPAL resultados que muestran un 5,3% de promedio para 2012, resultados interesantes pues ello ocurre en medio, como ha sido dicho, de una economía mundial problematizada.
En la perspectiva de este enfoque saludamos que las zonas más pobres del planeta puedan seguir elevando su capacidad de producción de bienes y servicios, y, desde luego, que ese fortalecimiento de la generación de riqueza se traduzca en una más equitativa distribución del ingreso.
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