La industria automotriz mundial en apuros.
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Prof. Dr. Carlos Eduardo Daly Gimón
Tres variables principales impactan la industria automotriz global en 2020: cierre de fábricas o reducción de nóminas a gran escala, interrupción de las cadenas de proveedores y desplome generalizado de la demanda en el corto plazo.
Sin exageraciones, nadie duda de que este será un annus horribilis para el mercado internacional del automóvil.
Detrás de ello está, ciertamente, el virus de Wuhan, aunque no es posible cargarle toda la responsabilidad a la pandemia que todavía paraliza a las economías del mundo entero.
Ya en 2019 se registraron fuertes caídas en la producción de vehículos.
90.3 millones de autos se vendieron en todo el mundo en 2019, lo que se traduce en 4.1 millones de unidades menos que en 2018 y, esa cifra se eleva hasta 5.0 millones de unidades por debajo con respecto a 2017[1]. Se trata de un descenso generalizado, aunque vale resaltar que ha sido en China dónde las fábricas han resultado más afectadas: “en 2019, China vendió 25.8 millones de automóviles nuevos, esto es un 8.2 por ciento menos (2.3 millones de automóviles) en comparación con 2018” [2]. Como puede constatarse, las dificultades comenzaron antes de que el virus de wuhan hiciera su aparición en diciembre pasado.
Ciertamente, en el primer semestre del 2020 las cosas han venido a complicarse para el mercado automotriz.
Las estimaciones acerca de la disminución de las ventas revelan que en China alcanzó cerca del 79,1% entre febrero y marzo del 2020. Sobre todo teniendo en cuenta que Hubei es uno de los polos de desarrollo de China en materia automotriz, y justamente, la capital de la provincia (Wuhan) es una de la que más ha sufrido por la fuerte interrupción de su actividad económica.
La demanda de autos experimentó, igualmente, un tremendo frenazo en el primer cuatrimestre del 2020.
La suspensión de operaciones por parte de Toyota, Audi, Volkswagen, General Motors (GM), Ford, Honda, Fiat Chrysler Automobiles (FCA), Mazda, Tesla, BYD, y de otros fabricantes se ha dado no solamente para evitar la propagación del virus de wuhan sino también ante la cuarentena generalizada a la que ha tenido que recurrirse con la consecuente pérdida del poder adquisitivo, merma en los ingresos y precariedad en el consumo en la gran mayoría de los países.
Ello ha trastocado la compra de autos, provocando un alza extraordinaria en los inventarios y depósitos de automóviles en los principales centros de producción.
A la suspensión de las operaciones y el aplazamiento en las ventas sólo le faltaba el cierre de factorías y/o despido masivo de trabajadores.
Nisan ha decidido en días recientes cerrar su planta de Barcelona.
Makito Uchida, presidente de la Junta Directiva, ha anunciado el cierre aun cuando no ha precisado la fecha exacta del lock out. La razón fundamental, argumenta el alto ejecutivo, son los números en rojos en los Estados Financieros de la influyente Corporación por vez primera desde 2010.
Se requieren mayores inversiones, ampliación de mercados y superar el desorden gerencial que se ha creado a raíz de las estrategias emprendidas por el célebre Carlos Ghosn[3], para elevar la competitividad de la multinacional japonesa.
De igual forma, el grupo Renault ha anunciado esta semana el despido de más de 15.000 trabajadores en los próximos tres años, aunque sólo está previsto el cierre de la fábrica de Choisy-le Roi en Val de Marne, de un total de 14 industrias en toda Francia.
La prioridad reside, según Jean-Dominique Sénard, Presidente del Grupo, en bajar costos como aspecto central del Plan Económico de tres años de duración, y por más de 2.000 millones de euros.
Por su parte, la potente industria automotriz alemana enfrenta problemas de igual envergadura con algunas especificidades: Merma significativas en sus exportaciones, nuevos inconvenientes relacionados con las obligaciones medioambientales europeas, así como con las emisiones de CO2 de 95 gramos por kilómetro aplicables a los vehículos nuevos.
A esa lista hay que sumarle McLaren Group, Volkswagen, Daimler, BMW, entre las más reconocidas pero la lista es prácticamente interminable.
En suma, estamos hablando de 19.000.000 de autos, aproximadamente, que no circularán en las vías y carreteras a escala planetaria.
Ciertamente, hay luces al final del túnel.
Lo que está planteado para los próximos meses:
1. Constituir equipos para evaluar cadenas de suministro y gestión de riesgos. Desarrollar programas de apoyo en esa dirección.
2. Definir una estrategia coordinada entre fabricantes y proveedores para lograr que la producción despegue paulatinamente, todo ello acompañado de reglas específicas en materia de salud y seguridad.
3. Estimular la demanda. La adquisición de compra de vehículos nuevos por parte de los consumidores a corto plazo no es la meta más realista, por lo que habrá que recurrir a la renovación de flota para las distintas categorías de vehículos y así poder impulsar la demanda en las semanas por venir.
4. Acelerar la producción de autos de nuevas tecnologías.
5. Trabajar con los diferentes gobiernos para puntualizar beneficios fiscales y, eventualmente, aplazar el pago de impuestos.
En términos operacionales, partir del 11 de mayo, Toyota Motor Corporation anunció el reinicio de actividades en Estados Unidos, conforme a los protocolos y normas de las autoridades federales.
En el centro industrial de Detroit, se estima que con la reapertura de las grandes fábricas regresarán a las plantas unos 133.000 trabajadores, así como a las demás funciones productivas de la industria.
La Asociación de Automóviles de Pasajeros de China ha anunciado que progresivamente la venta de autos aumenta, y ya se han alcanzado cifras superiores a 1.05 millones de vehículos nuevos en abril de este año, un 40% menos que el año pasado pero en franca mejoría.
Falta ver los caminos diferenciados que tienen ante sí las empresas más sólidas en términos de capitalización, de aquellas entidades empresariales que están financieramente más vulnerables en la actual coyuntura.
Habrá en el mediano plazo una normalización del sector automotriz, pero no queda lugar a dudas que nuevas tendencias emergerán, y desde ya se vislumbra no solamente una recuperación compleja, enrevesada, sino que se abren cada vez más expectativas acerca del impacto que traerá el desarrollo del coche eléctrico en los grandes mercados globalizados.
[1] Tomado de http://noticias.espanol.autocosmos.com Consultado el 29/05/2020.
[2] Ibidem, consultado el 29/05/2020.
[3] La rocambolesca salida de Ghosn de Nissan ha tenido visos de película de acción junto a hechos de corrupción de funcionarios, y ha dejado en ridículo al Poder judicial Japonés. Acusado de malversación de fondos, caída en la rentabilidad del consorcio automotriz, fraude fiscal, decisiones equivocadas y otros detalles, el ejecutivo de origen brasilero pero de nacionalidad francesa huyó de Japón en diciembre de 2019 después de pasar detenido durante más de un año, y en víspera de ser enjuiciado por los tribunales nipones. C. Ghosn logró escapar hacia el Líbano, como el mismo afirmó a los medios de ese país, “de la injusticia y la persecución política”. Para más detalles veáse https://elpais.com
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