Novedades sobre las Inversiones Internacionales en 2020.

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Novedades sobre las Inversiones Internacionales en 2020.

 

 

Prof. Dr. Carlos Eduardo Daly Gimón

 

 

Las inversiones extranjeras son un factor clave en la recuperación económica de los próximos meses de las economías del mundo entero. De ellas dependerá, en gran parte, la superación de la crisis económica, la apertura de los mercados, la reactivación de los flujos de comercio, el desarrollo tecnológico y la dinámica misma de un mayor crecimiento y la recuperación del bienestar.

El informe Investment Policy Monitor (febrero 2021) de la UNCTAD revela una serie de medidas y decisiones gubernamentales que nos parecen indispensables para comprender el rol que van a desempeñar los flujos de inversión en la post-pandemia que se aproxima.

Desde esta perspectiva, 2020 fue un año en que más de 52  países del mundo entero, más los 27 de la Unión Europea, tomaron importantes medidas relacionadas con el tratamiento a las inversiones extranjeras, particularmente en cuanto a restricciones y trabas se refiere. Sobre este punto, resalta la UNCTAD, es “la ratio más alta en las dos últimas dos décadas”[1].

Esas limitaciones se orientaron más que todo hacia los temas de seguridad nacional, e, igualmente, en cuanto al manejo sobre eventuales tomas de control (takeovers) hostiles contra activos tecnológicos domésticos. 18 países aplicaron este tipo de limitación a inversiones foráneas: Austria, Canada,  

China, Finlandia, Francia, Alemania, Hungría,  

Italia, Japon, Corea del Sur, Malta, Nueva Zelanda, 

Polonia, Federación Rusa, Eslovenia, España, 

Reino Unido y Estados Unidos. A los que hay que 

agregar Kenya y Omán, quienes también 

introdujeron medidas restrictivas con respecto a los 

flujos de capitales.

Algunas naciones identificadas en el informe de la UNCTAD adoptaron ciertas decisiones de liberalización en diferentes sectores, entre los que destacan el transporte, las industrias farmacéuticas, servicios, financieros, agricultura y sector manufacturero, entre otros.

Vale resaltar que la firma de tratados en materia de inversión (IIAAs)[2] extranjera siguió su curso el año pasado, pues los registros actualizados de la UNCTAD localizaron más de 15 nuevos Acuerdos de Promoción y Protección entre países, al punto de que la cifra total se elevó en diciembre del pasado año hasta los 3.312 tratados internacionales que regulan las inversiones internacionales.

Sólo para mencionar algunos podemos resaltar el acuerdo suscrito entre Estados Unidos-México-Canadá, el compromiso para avanzar en un tratado de Protección Recíproca de Inversiones entre China y Estados Unidos tras siete año de negociaciones, y la declaración de la Unión Africana sobre los riesgos del inversionista relacionados con el Covid-19.

En el plano multilateral continuaron las negociaciones sobre las disputas entre los inversionistas y los Estados, la segunda revisión sobre las vinculaciones entre los derechos humanos y los negocios, y el inicio de las consultas e intercambios formales para un acuerdo marco en el seno de la Organización Mundial del Comercio.

En un plano más específico, la investigación de la UNCTAD es suficientemente explícita en cuanto a que más de 31 países adoptaron nuevas medidas para incentivar el ingreso y permanencia de inversionistas extranjeros al interior de sus economías. Resalta, igualmente, el organismo de Naciones Unidas que 8 países -Angola, China, Indonesia, Mexico, Pakistan, Estados Unidos, Uzbekistan y Vietnam-, aprobaron disposiciones orientadas a regular e incentivar la permanencia de 

los inversionistas después de su ingreso en el país 

receptor.

Un número inferior pero sin duda relevante es el empeño de los gobiernos en crear incentivos o facilitar los procedimientos relacionados con las operaciones de los inversionistas foráneos. En este sentido, se determinó que más 22 países en 2020 hicieron esfuerzos sustanciales en esta dirección : Angola, Bolivia, Camboya, Cabo Verde, China, Colombia, Cuba, India, Indonesia, Irak, Mauricio, 

Namibia, Oman, Pakistan, Panama, Ruanda, Arabia 

Saudita, Singapur, Sri Lanka, Uruguay, Uzbekistan 

y Vietnam.

Y, en cuanto al clima de negocios relacionado con las estrategias de inversión, importantes gobiernos del mundo entero siguen empeñados en mejorarlo y por ende, en atraer corporaciones y empresas multinacionales a su economía interna. En este caso, la UNCTAD señala en su informe que más de treinta naciones aprobaron diversas acciones para intentar mejorar y hacer más atractivo el mercado doméstico. Más allá de precisar los países que se esforzaron en avanzar en esta perspectiva, vale mencionar que, por ejemplo, China reforzó los derechos de autor de los inversionistas en su esquema legal de propiedad intelectual, Vietnan simplificó, de igual manera, los requisitos para los apoderados legales que soliciten trámites relacionados con los derechos de propiedad intelectual, Zambia modificó las normas mineras para tratar el oro como un activo de carácter estratégico, e incluso, señala Naciones Unidas, Angola, Argentina, Congo, Kenya, República de Tanzania y Viet Nam, derogaron normas impositivas relevantes para los inversionistas[3].

Ciertamente, la gran mayoría de las decisiones tomadas por las diferentes naciones tienen que someterse o procedimientos y prácticas institucionales que no operan con la debida celeridad y transparencia, y que son fundamentales para la eficiencia y la dinámica empresarial propiamente dicha. A lo que cabe agregar que en los países de menor desarrollo relativo ese criterio es aún de mayor importancia. Sin embargo, está claro que la actitud y disposición de los gobiernos es bien valorada y los resultados en el tratamiento a los inversionistas extranjeros también.

El Covid-19 ha alterado el curso de los países de manera drástica e imprevista, y la recuperación de los próximos meses va a depender del comportamiento del sector empresarial y de las estrategias que decidan implementar para llevar a cabo su posicionamiento en los mercados y en la economía en general. No olvidemos que los Estados saldrán endeudados de esta pandemia, que los desajustes fiscales estarán allí y habrá que atenderlos, y que los desórdenes cambiarios e inflacionarios de enormes dimensiones serán el pan de cada día en los meses que se aproximan. La inversión internacional es, a no dudarlo, un factor decisivo para volver a la senda de la estabilidad y el crecimiento económico, lo cual equivale a decir que la prosperidad y el desarrollo tienen que volver a prevalecer.  

 

 

 

 



[1] Investment Policy Monitor (febrero 2021). https://unctad.org/system/files/officialdocument/diaepcbinf2021d2_en.pdf  Consultado el 17/02/2021.

[2] Veáse “Tratados de Promoción y Protección de Inversiones”. https://www.tradex.com.ve/inversiones/

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