México en la onda mundial con los vehículos eléctricos.


México en la onda mundial con los vehículos eléctricos.

  

 



Prof. Dr. Carlos E. Daly Gimón



        Con bombos y platillos, en este 2023 México se convierte en el más importante productor latinoamericano de vehículos eléctricos, incluso por encima de Brasil, y mejora su clasificación internacional al ocupar el séptimo lugar como país productor /exportador en el mundo superando a España y otras naciones de alta capacidad automotriz en el escenario mundial.

Es un hecho de gran relevancia no solamente para los mexicanos sino para la dinámica de la industria a nivel global.

El país azteca produjo 45.000 unidades de vehículos híbridos y eléctricos en 2022 según sostiene la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), y cuenta con una capacidad productiva que supera los 5.000.000 de vehículos anuales.

Todo ello en medio de un año que luce intrincado por un conjunto de factores y circunstancias presentes en los mercados.

La escasez de microchips, el uso generalizado del hidrógeno, la necesidad de usar renovables de base biológica, las expectativas generadas por los vehículos eléctricos y mixtos y la inestabilidad de las cadenas de suministro son factores que generan perspectivas complejas para la industria. Todo ello sin mencionar la inestabilidad que se deriva de la invasión de Ukrania por parte de la Rusia de Putin, las políticas monetarias contractivas para controlar la inflación o la transición ecológica que numerosas naciones impulsan para combatir el cambio climático.

Para alcanzar y mantener esa importante posición en la industria automotriz mundial, México ha venido apoyando y ampliando en los últimos lustros 22 mega-plantas para la producción y exportación de automóviles.

En este sentido vale mencionar las plantas de Audi, la de BMW y en este febrero de 2023 la confirmación por parte del gobierno de AMLO del inicio de los trabajos para el establecimiento de la planta de Tesla Inc. en suelo mexicano.

Audi tiene ya cinco (5) años operando en San José de Chiapa, Puebla, considerada una de las plantas más modernas del mundo de la marca Audi, y genera empleo a más de 5.000 personas.

BMW Group por su parte ha venido desarrollando importantes proyectos en San Luis de Potosí (2019) y otros centros productivos con una inversión superior a los 1.000 millones de dólares, una capacidad anual de producción superior a los 250.000 vehículos y puestos de trabajo para más de 3.000 trabajadores entre empleados y obreros.

En cuanto a Tesla Inc., el desarrollo productivo de Nuevo León para la fabricación de vehículos eléctricos tiene particular importancia porque sería la tercera factoría que se instala fuera del mercado estadounidense aparte de las plantas que tiene en Shangai y cerca de Berlín.

Se trata de lo que hoy se conoce como una GIGAFACTORY, en la que están en juego miles de empleos, importantes inversiones extranjeras que no solamente conciernen al aspecto operativo de la empresa sino al conjunto de proveedores que resultan indispensables para la ejecución  de sus operaciones y, ciertamente, a la capacidad del sector público de disponer de los servicios públicos necesarios para el funcionamiento de la planta de Nuevo León.

La decisión de Tesla Inc., reviste particular importancia para la dinámica económica de México.

Más allá de las inclinaciones ideológicas de AMLO, queda claro que se trata de ofrecer condiciones de seguridad jurídica para la inversión internacional, sin lo cual corporaciones como Tesla Inc., BMW Group o Audi del poderoso Grupo alemán Volkswagen no se arriesgarían a colocar sus fondos de inversión en una economía de políticas inestables e inciertas. Este suele ser un indicador relevante en cuanto a políticas y estrategias de  crecimiento se refiere.

Junto al impulso a la inversión internacional, México fortalece su posicionamiento en cuanto a su vinculación con los mercados internacionales pues, en materia automotriz, México se ha convertido en un importante proveedor de vehículos para su principal socio como son los Estados Unidos, así como para otras naciones, lo cual le permite definirse y alcanzar importantes avances tecnológicos en este sector de la economía.

El efecto multiplicador de la industria automotriz en el resto de la economía es otro factor a tener en cuenta. La generación de puestos de trabajo tiene que tomarse en cuenta en la época actual, no solamente por la demanda de trabajo que tiene la economía mexicana sino al aumento de la capacidad adquisitiva de los trabajadores  y la consecuente expansión del mercado interno.

Asimismo, la planta de Tesla Inc. y las demás fabricante de automóviles eléctricos y autos híbridos plantean retos tecnológicos que tanto la mano de obra como el liderazgo gerencial tienen que enfrentar para elevar su calificación y dar respuesta a las exigencias que los mercados del siglo XXI plantean a las naciones.

Está claro que los vehículos eléctricos representan la vanguardia de un sector automotriz mundial que avanza aceleradamente hacia la sustitución de la energía fósil en los vehículos del futuro, por una energía sostenible en lo que se ha denominado la transición verde, y confirma a  México como una de las economías latinoamericanas que más apuesta por el desarrollo acelerado de la industria automotriz internacional, y que sobre este punto no pueden haber distracciones ni virajes.

Los líderes de la economía mexicana están conscientes que el futuro está en la eficiencia y en la competitividad que la economía global demanda, más de allá de las convicciones ideológicas o de las doctrinas políticas de moda.


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