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Porqué la economía de Estados Unidos evoluciona mejor que la Unión Europea?





        Prof. Dr. Carlos E. Daly Gimón



Según las previsiones económicas del Fondo Monetario Internacional en este primer semestre de 2023, la economía de Estados Unidos crecerá en niveles cercanos al 1.8%, una décima menos de lo esperado, y en el caso de la Unión Europea la tasa de crecimiento del PIB no debería superar el 1.1% para este mismo año.

Como se ve, una diferencia sustancial entre USA y la UE.

La tasa de inflación, en términos comparativos, es también un indicador significativo en cuanto a resultados macroeconómicos se refiere.

En las principales economías europeas, si bien el aumento en los precios de bienes y servicios ha venido disminuyendo este año hasta ubicarse en la actualidad alrededor del 8.6%, sigue teniendo niveles elevados si se toma como referencia, por ejemplo, datos anteriores a la pandemia cuando la tasa de inflación promedio se ubicaba alrededor del 2.5% anual.

En cambio, la economía estadounidense ha logrado mejorías sustanciales en materia de inflación, hasta ubicarse en el mes de junio a niveles del 3%, cuando esa misma tasa se mantuvo en 2022 alrededor del 9.1%.

Los factores decisivos en los logros económicos mencionados en los Estados Unidos son, a nuestra manera de entender, tres: el primero de ellos se refiere al manejo de las tasas de interés y su incidencia en las variables monetarias y financieras internas, el segundo, el impacto que ha tenido las crisis energética provocada por la invasión de Rusia a Ukrania, y el tercero, la normalización de la oferta de bienes y servicios.

En materia de Tasas de Interés, la Reserva Federal emprendió desde finales del año pasado una acción vigorosa y sostenida  para controlar el consumo interno mediante el alza del costo del dinero, lo cual hizo que el acceso al crédito y al financiamiento en general resultara más caro y por ende ocasionara una reducción en la demanda de bienes y servicios. El resultado de esa política monetaria ha sido una significativa reducción del alza en los precios, y, por tanto, de la inflación, devolviendo de nuevo a la economía norteamericana al grupo  de naciones de menor tasa de inflación en el sistema económico mundial.

En igual sentido, si bien los desequilibrios en el mercado energético han impactado a la gran mayoría de los países desarrollados, en el caso de los Estados Unidos ha jugado un papel fundamental su menor dependencia del petróleo proveniente de Rusia, debido a su capacidad de aumentar la producción interna y, también, a su efectividad en la diversificación de sus fuentes de suministro de hidrocarburos desde el exterior. 

Vale igualmente anotar, que en la dinámica del crecimiento económico de los Estados Unidos jugó un papel de cierta importancia la normalización del suministro de productos que se vio afectada por las dificultades que se presentaron en el comercio internacional, y en el transporte marítimo, lo que se conoció, en su momento, como "la crisis de los contenedores".

Consecuentemente, estos resultados han repercutido en el mercado laboral, lo que ha quedado evidenciado en la solidez del empleo y en las bajas tasas de desempleo en la economía estadounidense.

A esta altura del año no es posible asegurar que la potencia norteamericana sostendrá los parámetros productivos y de desarrollo que hemos mencionado, más que todo porque los factores de inestabilidad y las dificultades de la coyuntura internacional siguen allí presentes, pero lo que si podemos asegurar es que la política económica de J. Biden muestra beneficios inmediatos y provechosos para sus estrategias a corto plazo.   


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