Los "Gilets Jaunes" en Paris.Paris.

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Prof. Dr. Carlos Eduardo Daly Gimón



Los disturbios de este 1 de diciembre impactaron Paris, al liderazgo político francés, a la sociedad francesa e incluso a las principales capitales europeas.

Antes de París, en noviembre, se movilizaron más de 280.000 personas en toda Francia por los mismos motivos, y los bloqueos a medios de transporte sobrepasaron los 2.000 eventos en diferentes autopistas y carreteras del país.

La semana pasada, los “Gilets Jaune”[1] reunieron alrededor de 136.000 manifestantes en toda Francia, pero el impacto y consecuencias de esa movilización en la capital ha sido el más amplio y profundo de los últimos tiempos.  

Hubo violencia, incendios, barricadas, desolación, heridos, golpeados, detenidos, comercios devastados, restaurantes destruidos, estacionamientos saqueados.

Quedaron registrados 263 lesionados, más de 83 son policías. En Paris se contaron 133 heridos de los cuales uno está en coma, 23 de ellos son agentes del orden público.

Hay 682 detenidos, más de 630 bajo averiguación judicial, otros tantos interpelados, lo cual revela un estado de violencia extrema e inédita, según declaraciones del Ministro del Interior.

Este primer sábado de diciembre, la avenida de “les Champs Elysés”  lucía desierta, vigilada y resguardada por pelotones policiales. En al menos siete Distritos de la ciudad capital la situación era idéntica. Los Distritos más afectados resultaron ser el octavo, el dieciséis y el diecisiete. También ocurrieron fuertes enfrentamientos en el 1ero., 2do., 4to., y el 9veno. Distrito.

 El verdadero responsable es E. Macron, han declarado los voceros más destacados de los “Gilets Jaunes”. Al menos eso dicen a viva voz.

Entre otros daños se han contabilizado más de 100 vehículos incendiados, alrededor de 190 hogueras sofocadas por los bomberos, millones de euros en reparaciones e indemnizaciones y un importante perjuicio a la imagen turística e internacional de la ciudad luz.

¿Quienes son los Gilets Jaune? ¿Cómo es posible que hayan podido estremecer el país entero con sus convocatorias, protestas y movilizaciones? ¿Adónde quieren llegar?

Ante todo conviene destacar que los “Gilets Jaune” representan alrededor del 20% de los franceses (Encuesta Elabe)[2]. Se les posiciona en los sectores más populares (27%), zonas rurales (27%) y pequeñas concentraciones poblacionales de 2.000 a 20.000 habitantes (24%). Pero estos datos son muy tentativos porque lo que caracteriza este movimiento, todos coinciden en ello, es su heterogeneidad.

Desempleados, campesinos, mujeres trabajadoras, solteras, divorciadas, artesanos, jubilados, jóvenes, obreros, inmigrantes, profesionales universitarios y un nutrido grupo de sectores descontentos, forman parte de ese amplio universo social y político que hoy en día estremece al país galo.

Las protestas de los “Gilets Jaunes” comenzaron con el aumento decretado por el gobierno sobre la tasa del carbono, y sus consecuencias en todo el sistema socio-económico de Francia. Entendido como un impuesto medioambiental, su finalidad es reducir los gases de efecto invernadero y así obligar a los consumidores que contaminan a pagar según sus emisiones. Aunque vigente desde 2014, la tasa carbono se ha sentido con más fuerza este año por el aumento del precio de los hidrocarburos en los mercados internacionales. Este tipo de impuesto es un compromiso serio por una economía sustentable, y su aplicación varía según los países europeos en los que se ha implementado, aunque tiene una característica común que es su impacto sobre el presupuesto de los ciudadanos.

De acuerdo al Econ. Audrey Berry, la fiscalidad carbono provoca pérdida del poder adquisitivo, agrava las desigualdades económicas y regionales, y  aumenta el fenómeno de la precariedad energética[3].

Ello define un aspecto polémico, y si se quiere contradictorio con respecto al fenómeno de los “Gilets Jaunes”. La tasa del carbono es un objetivo nacional que beneficia a las grandes mayorías, pues se trata de orientar a los consumidores hacia el uso creciente de energías limpias, menos contaminantes. Oponerse a ello desde una perspectiva individual, local, resulta poco menos que contrario a los intereses que convienen a la Nación como un todo.

No obstante, ya lo hemos adelantado, amplios sectores desaprueban esta medida. De allí que se hayan organizado  hasta convertirse en un movimiento de carácter nacional, y con rasgos muy particulares.

Además de los impuestos sobre el carbono a los que nos hemos referido, E. Macron concedió a los “Gilets Jaunes” el reconocimiento por parte de la seguridad social a partir de enero de 2019, de la adquisición de un chaleco anual para cada contribuyente, con la particularidad de que esos chalecos serán fabricados en Francia con materiales reciclables[4].

Este lunes, la Asamblea Nacional aprobó el Proyecto de Presupuesto de la Seguridad Social 2019, orientado, de acuerdo a fuentes pro-gubernamentales, a mejorar el poder adquisitivo, en especial énfasis en los programas de salud y lucha contra la pobreza. Esto tendrá repercusiones directas sobre el movimiento de los "Gilets Jaunes", aunque no sabemos cuál será su reacción en los próximos días.

En cuanto a sus orígenes, los “Gilets Jaunes” tomaron como punto de partida a las Redes Sociales para dar a conocer sus principales objetivos, informar a sus adeptos, motivar a los ciudadanos, y, más aún, activar a los usuarios de estas tecnologías. Este movimiento se construyó, al menos al principio, con Facebook y Youtube. Desde una página en esas Redes Sociales se iniciaron convocatorias contra el alza en la tasa del carbono, y los llamados fueron tomando fuerza desde zonas rurales, semi-urbanas, hasta alcanzar a la principales ciudades francesas, Paris incluida.

Hay, a no dudarlo, una fuerte frustración en la población acerca de su situación socio-económica, la desigualdad que se deriva de su nivel de ingresos, y las cargas fiscales que amplios sectores de la colectividad tienen que sobrellevar.

Queda por examinar las definiciones políticas que están presentes entre los “Gilets Jaunes”.

Analistas, observadores y medios periodísticos han creído encontrar una influencia innegable de las corrientes ideológicas cercanas a la derecha, y particularmente del Frente Nacional (ahora conocido como el “Rassemblement National”), liderado por Marine Le Pen. Sin embargo, pareciera que se trata de una visión sesgada acerca de la concepción política que predomina en ese movimiento. Hay también mensajes, posiciones, más bien inclinados hacia la izquierda como es el caso de “Osons Causer”, consignas contra el racismo y hasta una protección más bien discreta hacia los  inmigrantes.

Laurent Wauquiez de Les Republicains, Nicole Dupont-Aignant, líder de Debout La France, Benoit Hammon del movimiento político Génération han dado su apoyo al movimiento de los “Gilets Jaunes”, aunque, conviene anotarlo, ha sido una solidaridad más bien aparente, acomodaticia. El Partido Socialista de François Hollande también ha mostrado simpatías y adhesión a las reivindicaciones de los “Gilets Jaunes”. Hasta el Partido Comunista ha expresado su disposición a colaborar en esa dirección.

Los que si no han querido embarcarse en un oportunismo notorio  ha sido Europe Ecologie-Les Verts[5].

E. Macron tiene una posición discreta, vacilante, muy a la defensiva. Da la impresión de que no dispone de una respuesta clara ante los planteamientos de los “Gilets Jaunes”, o que prefiere negociar con el liderazgo opositor.

Por ello ha encomendado este lunes al Primer Ministro Edouard Philippe, que se reúna con los principales partidos opositores, con el fin de examinar las posibles soluciones a un conflicto que ha pasado, por momentos, de  reivindicaciones específicas, puntuales, a solicitar la renuncia del Presidente de la República; “Macron démission”.

También esta semana, está planteado que les “Gilets Jaunes” asistan al Palacio del Elíseo a exponer sus reclamaciones ante el gobierno en ejercicio, aunque muchos dudan de que eso llegue a materializarse. Hoy martes, nada específico ha trascendido a la opinión pública.

Pero, más allá de las conversaciones y propuestas que se adelantan, está claro que los “Gilets Jaunes” tienen ante sí una tremenda responsabilidad.

Puede ocurrir:

Que se decida suspender las manifestaciones y el bloqueo de carreteras, e incluso que se posterguen las acciones previstas en el “Acte IV”, ya publicado en Facebook.

Segundo, que se excluya de sus filas a los violentos, agresivos y belicosos que tomaron la delantera el 1 de diciembre en París, aun teniendo en cuenta el daño y devastación que dejaron regados por calles y avenidas del centro parisino y zonas aledañas.

Tercera, distanciarse del liderazgo político tradicional que busca a como dé lugar sacar provecho del descontento social,  y definir con personalidad propia sus más profundas aspiraciones sociales.

La pelota pareciera que está del lado de los “Gilets Jaunes”.





[1] Se les llama así porque portan chalecos amarillos, que es la prenda que los identifica.
[2] Veáse  http://www.slate.fr/s Consultada el 04/12/2018.
[3] Audrey Berry. Gilets jaunes : « Comment rendre juste la taxe carbone et minimiser ses impacts sociaux ? ».  https://www.lemonde.fr/  Publicado el 16 de nov. de 2018. Consultado el 02/12/2018.
 [4] Tomado de lasirenedupaysbasque.fr Pouvoir d’achat : la sécurité sociale remboursera désormais l’achat d’un gilet jaune par an”  del 27/11/2018.   Consultado el 04/12/2018. 
[5]  Gilets jaunes : comment se positionnent les partis politiques”. Cyril Simon| 29 novembre 2018. http://www.leparisien.fr Consultado  el 03/12/2018.

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